Los niños Indigo, por su vibración energética, poseen una intuición muy desarrollada, telepatía, así como capacidad de ver el aura, de oir todo tipo de sonidos y una hipersensibilidad táctil muy desarrollada.
Nacen en todas las clases socioeconómicas y se caracterizan porque poseen un nuevo estado de consciencia más evolucionado que la mayoría de las personas. Tienen unos ojos grandes penetrantes, capaces de mirar más allá de la retina, llegando a lo más profundo del alma.
Los niños Indigo no aceptan la imposición ni la autoridad, rechazan la manipulación, falsedad y a las personas deshonestas. Tampoco aceptan los viejos trucos de disciplina que los padres intentan imponerles , intentando inculcarles sentimientos de culpa y miedo. Necesitan que jueguen con ellos para así despertar sus sentidos, sintiendo la libertad y el estímulo; para de esta forma experimentar el desapego.
Ellos creen que los adultos están aquí para enseñar y proteger. Poco a poco, entienden que la vida de un adulto puede ser muy complicada y mal gestionada, por lo que no sienten seguridad y estabilidad para seguir sus palabras y enseñanzas.
Asimilan con gran facilidad los conceptos como: dar, repartir, aceptar, verdad, no juzgar. Estos niños adoran dividir y compartir cuando sienten amor.
Los colegios y centros educativos no consiguen distinguir este tipo de niños dentro de sus clases, por este motivo no consiguen responder a sus necesidades. Los Indigo no responden a los métodos de enseñanza tradicionales ; Aprenden de forma reflexiva, creativa, participante y no a través de la memorización. Ante los métodos antiguos de la enseñanza, se dispersan con gran facilidad durante las clases, cerrándose y pareciendo ausentes, sin progresión ni aprendizaje.
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